Select Page

Por Felipe López*

En este ensayo hago algunas reflexiones sobre los retos que confrontan migrantes que hablan mayormente una lengua originaria de Latinoamérica, especialmente una de las lenguas zapotecas que se habla en el estado de Oaxaca, México y en varios estados en la Unión Americana. Hoy en día en Estados Unidos habitan muchas personas migrantes que provienen de comunidades indígenas de Oaxaca que no dominan bien el castellano, mucho menos el inglés.

Esto dificulta más no sólo navegar la sociedad norteamericana, sino también crea un gran reto tanto para estas personas como para las instituciones que proveen servicio público en entenderse. Por ejemplo, en el servicio de salud y en el sistema legal, entre otros, muchas veces la comunicación ha sido un gran reto. Uno de los retos principales para aquellas instituciones que proveen servicio al público es desconocer que en México se habla varias lenguas originarias, alrededor de 68 familia de lenguas. Esto ha sido el caso de las lenguas zapotecas, por ejemplo, en varios casos me han contactado desde hospitales, prisiones y cortes de migración para ser interprete de personas de habla zapoteca que requieren un traductor. Sin embargo, cuando les pregunto, al personal de las instituciones que necesitan comunicarse con sus clientes, de la variante del zapoteco que habla la persona que necesitar un intérprete, siempre las desconocen. Esto es el resultado de la falta de entender que el “zapoteco” no es una lengua en sí, sino una familia de lenguas zapotecas. Esta familia de lenguas lo hablan casi medio millón de personas en el estado de Oaxaca, además de los que lo hablan en la república mexicana, como en la Unión Americana. Este grupo de lenguas que le han llamado zapoteco, derivado de la palabra tzapotecatl en náhuatl y castellanizado por consiguiente es necesario que las deferentes instituciones que proveen servicios sociales y de intérpretes entiendan lo que llamamos la lengua zapoteca no es una lengua en sí. Entonces pensemos que el zapoteco es como la lengua romance. En otras palabras, no decimos que hablamos la lengua romance, sino que decimos que hablamos el español, portugués, francés, etc.

En este sentido debemos de pensar que cada variante es una lengua en sí que mantiene sus propias gramáticas. Bajo este término se comprende una gran variante lingüísticas que no siempre son mutuamente inteligibles. Entonces es importante tomar en cuenta esto para hacer un mejor trabajo en apoyar a quienes requieran interpretes alguna lengua zapoteca.

Hoy en día encontramos zapotecos hablantes en la Unión Americana que su migración data desde a mediados del siglo pasado. Las lenguas zapotecas son una de las lenguas que tienen el mayor número de hablantes en Oaxaca, México. Por ejemplo, de acuerdo al último censo mexicano del 2020 el 6.1% o sea 7.364.645 personas en México hablaban una lengua originaria. Sin embargo, continuamente se sigue perdiendo muchas de estas lenguas originarias por diferentes factores.

Históricamente las políticas públicas educativas prohibían a la comunidad indígena hablar sus lenguas y algunos maestros castigaban a los alumnos indígenas por hablar sus lenguas maternas. Por ejemplo, mucha gente zapoteca de los Valles Centrales, específicamente de Tlacolula me ha comentado que aún recuerdan cómo sus maestros y maestras los castigaban por hablar zapoteco en las aulas. Estas ideologías de asimilación a la cultura mestiza y castellanización han dejado huellas profundas en la comunidad zapoteca.

En México, por un lado, se ha creado una ideología que las lenguas de la sociedad dominante que las lenguas originarias no son realmente lenguas, sino que “dialectos” que no sirven. Por otro lado, muchos de aquellos que sufrieron esta descremación han optado por no transmitirles sus lenguas indígenas a sus hijos e hijas. En muchos casos se piensa erróneamente que las lenguas originarias no tienen valor económico. Todo esto y muchos otros factores han contribuido no sólo a la constante perdida de hablantes de las diferentes lenguas originarias sino también han hecho difícil la promoción y preservación de éstas. Sin embargo, en los últimos años ha surgido esfuerzos para la preservación de las lenguas zapotecas, tanto en Oaxaca como en la Unión Americana.

Interesantemente, los trabajos de la preservación y promoción de las lenguas originarias han caído en muchos de nosotros quienes hablamos una de estas lenguas originarias. Por ejemplo, desde 1992 he estado llevando a cabo diferentes proyectos para el mantenimiento de mi variante zapoteca Dizhsa digitalmente y disponible para todo público gratuitamente. Dizhsa, se habla en la comunidad de San Lucas Quiaviní del valle de Tlacolula, Oaxaca, México como también en la ciudad de Los Ángeles y es entendida por otros zapotecos hablantes de algunas comunidades del valle de Tlacolula en ambos de la frontera. También vale la pena comentar que algunas instituciones educativas en México recientemente han empezado ser más incluyentes y ofrecer una lengua originaria como parte de su currículo. Por ejemplo, la Universidad del Pueblo, con sede en Tlacolula requiere que sus estudiantes en las carreras como Derecho y Educación Intercultural tomen cursos de zapoteco del valle de Tlacolula, la cual imparto yo en línea desde Estados Unidos. A pesar de estos esfuerzos de la preservación y promoción de las lenguas zapotecas, aún existen obstáculos para muchas personas que no dominan bien el castellano y que mucho menos hablan el inglés en tener acceso a los servicios sociales de salud, educación, entre otros.

Por varios años fui interprete para una compañía que proveía servicio para varias instituciones, como cortes federales y hospitales. Debido a la errónea idea que el zapoteco es una en sí, me mandaban a interpretar para otras personas que decían que hablaban el zapoteco. En estas, todas las ocasiones, estas personas que hablaban el “zapoteco”, hablaban una variante diferente a la que yo hablo, por consiguiente, no pude apoyarlos. Otro de los retos es traducir a las lenguas zapotecas conceptos occidentales que son usados en las cortes y el área de salud, por ejemplo. La falta de entendimiento de las lenguas zapotecas es verdaderamente un desafío y una barrera del lenguaje que afecta a muchos en su vida cotidiana, en la salud, en las cortes y otras áreas.

*Felipe López es profesor de Estudios Latinoamericanos por la UCLA. Ha recibido distintos premios y reconocimientos dentro y fuera de Estados Unidos, uno de ellos de la American Library Association, por su trabajo en Caseidyneën Saën – Learning Together: Colonial Valley Zapotec Teaching Materials (Flores-Marcial et al. 2021), el Premios CaSa 2017 por Literatura Zapoteca en la categoría de narrativa, entre otros. Entre sus publicaciones se encuentra de dizhsa. ¿la literatura zapoteca por quien, para quién? Harvard University. ReVista: Harvard Review of Latin America y ha sido ponente en múltiples conferencias y foros especializados.