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Por Nora Estrada

Desde la época precolombina, en la zona zapoteca del Istmo de Oaxaca, ya consideraba a los muxe como parte de un tercer sexo, y con mucho orgullo, respeto y aceptación. Algunos han emigrado como tantos otros oaxaqueños a Los Ángeles donde cada día se afianza más con los mismos valores e integridad, y hasta organizan una de las fiestas más representativas que tienen: La Vela Muxe.

Xicaru Cruz, nombre que adoptó a los ocho años, pero que al nacer lo llamaron Aldo, dijo que la comunidad muxe sigue creciendo, afianzándose y buscando su espacio en tierra estadounidense.

“Ya somos más de cien muxes en Los Ángeles y trabajamos para seguir ganando espacios y respeto, lo cual hemos logrado. Es un honor para nosotros, nuestros padres y para nuestra comunidad ser muxe.

“Y más porque no nos da miedo manifestarnos e integrarnos a otros grupos de diferentes sexos en este país”, dice Xicaru, quien el 2016 fue coronada como la Reina de la Vela Muxe LA.

La oaxaqueña de 43 años, quien llegó a Los Ángeles en el 2004, añadió que a los ocho años de edad descubrió que su preferencia sexual no era la de un niño.

“Simplemente sentía atracción por alguien del mismo sexo, me llamaban la atención los hombres guapos grandes, los guapos de telenovela. Mis preferencias no coincidían con el cuerpo con el que nací.

Trabajamos para seguir ganando espacios y respeto.

-Xicaru Cruz

“Mis padres aceptaron mi condición, nunca hablamos del tema, simplemente aceptaron sin preguntar y siempre me respetaron”, agregó.

En Los Ángeles, Xicaru contó que desde hace décadas los muxes están en California, pero no se atrevían a manifestarse.

“Empezamos a salir del closet a partir del 2007. En esa época ya, dentro de la comunidad, había madurez para salir a gritar lo hermoso que es ser muxe”.

A partir de ese entonces, agrega Xicaru, empezaron a ganarse el respeto, primero entre la comunidad oaxaqueña, y luego
la angelina.

“Nos empezamos a organizar e integrarnos porque como se dice la unión hace la fuerza, y lo logramos”, agregó.

Como resultado de ese esfuerzo, tres años después, en el 2010, surgió la primera fiesta llamada Vela Muxe.

La vela de coronación de Xicaru como reina muxe del 2016

Con paso lento, pero coqueto; con la frente en alto y mirada de orgullo, así llegó Xicaru Cruz, la Reyna de la Vela Muxe LA a “Casa Oaxaca”, lugar donde se efectuó la fiesta ceremonial del 2016, y donde más de 400 personas la esperaban para rendirle honores.

Pero, ¿Qué hace tan especial esta celebración que cada año cobra más fuerza en esta ciudad?

Se trata de la coronación y veneración de un muxe que para la población zapoteca del istmo de Tehuantepec, Juchitán, Oaxaca, México, es una persona nacida con sexo masculino que asumen roles femeninos en cualquiera de los ámbitos social, sexual y/o personal.

Las personas muxe corresponden a parte del espectro de la diversidad sexual y de género de la cultura occidental. Encontrando sus equivalentes en términos como: travestis, mujeres transgénero y mujeres transexuales.

En una familia tradicional, el muxe todavía suele ser considerado por su madre como el mejor de sus hijos porque nunca abandona a los padres en los momentos difíciles de la vida: la vejez y las enfermedades

Y con mucho orgullo, Aldo Cruz, quien adopta el rol de la reina Xicaru Cruz, dijo que es un privilegio manifestar libremente su preferencia sexual con su familia y comunidad en general, sin temor a ser agredido o amenazado.

Al ritmo de la Banda Filarmónica Maqueos, Xicaru dejó con la boca abierta a las mujeres que se dieron cita en Casa Oaxaca el sábado 23 de julio porque portó tres atuendos
de colección.

Para la entrada portó un corsé con el alebrije del venado resaltado del diseñador nayarita Ricardo Soltero.

Y más tarde para el vestido de bienvenida eligió el traje femenino representativo del Itsmo, impactando al sexo femenino por lo exquisito de la prenda de colección que tiene un valor de tres mil dólares.

Unas horas más tarde presumió un vestido de noche de la diseñadora Fabiola Calvo, con accesorios de Raquel Toledo.

Luego de la entrada triunfal, durante la ceremonia de honor, el maestro de ceremonias José Luis González invitó a los mayordomos de la festividad, Ángel Altamirano y su esposa Dalia; al Capitán Jesús Ramírez Burac, quienes representaron al Señor de la Misericordia.

Esperanza Méndez también fungió como capitana representando al Santo de San Sebastián de Mártir, Wendy Cruz representó a el Santo San Juan Bautista, Angy Xunaxi a la Virgen de la Soledad y Kimberly Aguilar a el Señor de Tlacolula.

El Cónsul General de México en Los Ángeles, Carlos García, fue uno de los invitados de honor y realizó la entrega de reconocimientos.

Las ex reynas del 2014 y 2015, Karen Álvarez y Tanya Sandoval, también estuvieron en la ceremonia.

Momento Mágico

Para Xicaru, el momento de la coronación fue mágico porque es la cosecha de lo que ha sembrado durante años en la comunidad angelina difundiendo las tradiciones de Oaxaca a través de los bailables folclóricos.

“Cuando me estaban coronando fue algo mágico para mí, me sentí realizada. La reyna es seleccionada por destacarse en la comunidad como la chica que más trabaja en el año a favor de la comunidad, es una gran activista”.

“Es una satisfacción, un gusto, un privilegio definitivamente. Para mí es como cosechar los frutos que he sembrado muchos años de labor cultural y artística, y que te hagan el honor de convertirte en reyna es una satisfacción, sientes que todo lo que has hecho vale la pena”, dijo.

El ambiente en Casa Oaxaca llegó a su clímax después de la coronación, cuando los asistentes intercambiaron platillos tradicionales, botanas, postres, pastelillos, el pan tradicional de huevo, barbacoa, y toda clase de golosinas, entre otros regalos típicos de Oaxaca.

Con música de Moisés y sus teclados, los invitados no se hicieron del rogar para poblar la pista de baile al ritmo de “La Zandunga”, La Llorona”, “Naila”  y “Quizá”, entre otras.

Mision

Xicaru dijo que entre las actividades que realizará durante su reinado está promover la tolerancia y respeto a la comunidad LGBT (Lesbianas, gays, bisexuales y personas trasgénero), difundir la cultura oaxaqueña y promover los bailes folclóricos.

“Mi misión sigue siendo la misma, apoyar a la comunidad, continuar con la expresión artística a través de los bailes tradicionales y promover la tolerancia para mi comunidad LGBT.

“Y quiero agradecer y decir que me siento muy orgulloso de que muchos de los empresarios oaxaqueños me apoyan moral, económica y espiritualmente, así como mis bailarines, sus papás, mi familia de sangre y la comunidad de Bienestar, entre muchos más, hay mucho apoyo.

Xicaru comentó que a pesar de que hace un mes murió su papá en Oaxaca, decidió continuar con el evento porque su progenitor así lo hubiera querido.

“Fue difícil, durante la celebración lo recordé, pero ya todo estaba listo, y mi papá ya está descansando en paz”.

La nueva Reina Muxe de 36 años dijo que su familia la apoya, aunque en el evento sorprendió a una sobrina de siete años que nunca la había visto vestida de mujer.

“Mi sobrina me vio y me preguntó por qué me había vestido de mujer, y ella misma respondió al decirme: ‘ahhh, eres gay’, pero con naturalidad. Mis sobrinos y hermanos ya saben, ya lo dan por hecho”, comentó Xicaru, originario de Chigolo Tlacolula, Oaxaca.

Xicaru llegó a Los Ángeles en el 2004 para apoyar a la comunidad de Tlacolula, y en el 2013 formó el ballet folclórico Princesa Donají, del cual es director general, director artístico y director de vestuario.

El año pasado, en coordinación con la institución de Salud, AltaMed, llevaron a cabo la  primera Feria de Salud  y de recursos para la comunidad Muxe en Los Ángeles.